Un niño que no soporta los ruidos y al que parece que estos le agreden demasiado es un niño auditivamente hipersensible.

Cuando hablamos de audición, solemos pensar en personas que oyen menos de lo normal, pero no siempre es éste el problema. También hay niños que tienen una audición por encima de lo normal; que, por decirlo de alguna manera, oyen sonidos que para el resto del mundo resultan imperceptibles.

Se trata de una hiper-audición (que afecta a una buena parte de los niños con dificultades de aprendizaje), que interfiere constantemente en su vida y que, de alguna manera, les “agrede”.

Muchos de estos niños se tapan los oídos con el sonido de un secador de pelo, de un tren que pasa o de una batidora. Les horrorizan los fuegos artificiales, el sonido de los tambores o de un petardo. Y, en ocasiones, les impacta tanto que no pueden ir a un centro comercial ni a una fiesta de cumpleaños.

Lo curioso es que, muchos de estos niños, también preguntan “qué” constantemente cuando mantienen una conversación. Así que, tal vez hayamos pensado alguna vez que podrían padecer pérdida auditiva. Lo que realmente les ocurre es que esa hiper-audición les hace oír constantemente un ruido de fondo que interfiere con la conversación.

Hoy en día existen programas de Estimulación Auditiva que ayudan a solucionar este inconveniente y que consiguen equilibrar y normalizar la audición de nuestros hijos.