A los padres nos suele afectar mucho, más en la sociedad competitiva y súper-exigente en la que vivimos, que nos digan que nuestro hijo no está al nivel del resto de los niños de su clase.

Y nos desesperamos, nos entra angustia y empezamos a buscar y rebuscar para ver qué podemos hacer, cómo podemos salvarles y conseguir que sufran lo menos posible.

Antes de ser padres, y lo sé por experiencia, todos tenemos una idea o un ideal de lo que será nuestro hijo, de lo que queremos que sea y de cómo queremos que le vayan las cosas en la vida. A esa altura de nuestra vida, hemos tenido que sortear dificultades y hemos vivido cosas que nunca querríamos que viviesen nuestros hijos. Lógico.

Pero tenemos buenas noticias. No todos los niños maduran a la misma velocidad, por mucho que las leyes educativas se nieguen a contemplar esta realidad. Los colegios atienden poco la diversidad y, cuando la atienden, en general carecen de medios, de conocimientos actualizados y hasta de tiempo para tener en cuenta variables muy importantes.

Después de muchos años trabajando con niños con dificultades de aprendizaje, creo tener cierta autoridad para decir que podemos asustarnos, desesperarnos y sentirnos tristes o desconcertados un rato. Pero, acto seguido, hay que consultar con quien pueda ayudarnos a solucionarlos.

Y de verdad que, si seguís sus consejos, la vida de vuestros hijos y la vuestra se normaliza, entran y entráis en un proceso de trabajo que dura unos meses, pero que merece inmensamente la pena, y después aprenden y aprendéis a manejar la situación adecuadamente. Los problemas se solucionan así.

El mundo está cambiando demasiado deprisa y la educación se va adaptando lentamente, con medios escasos, con profesores y métodos no actualizados, arrastrando la inercia de programas establecidos para sociedades de siglos anteriores pero que, a día de hoy, resultan muy ineficaces.

Los problemas de hoy de nuestros hijos hay que verlos, diagnosticarlos y tratarlos con métodos de hoy en día y con profesionales que estén formándose constantemente.

En Creha contamos con educadores, neuropsicólogos, psicólogos educativos y sanitarios, formándose continuamente en las nuevas técnicas para ayudar a vuestros hijos y también a vosotros, como familia, para acoger y solucionar la nueva circunstancia que, como todas, os
harán crecer y aprender, no lo dudéis.