Muchos padres se han hecho esta pregunta alguna vez y muchos han podido ver los gestos de sorpresa en la cara de familiares y amigos, cuando han pasado una tarde cualquiera cerca de su hij@ en casa, en un parque, en una fiesta de cumpleaños…

Es posible que incluso le hayan medicado, si algún neurólogo ha diagnosticado la tan nombrada Hiperactividad. Pero la pregunta sigue ahí, sin respuesta: “¿Por qué mi hij@ no puede estar quiet@?”.

Para responder esta pregunta hay que distinguir, en primer lugar, entre un movimiento normal en un niñ@ y un movimiento, a todas luces excesivo, descontrolado y –básicamente- ineficaz.

Un niñ@ necesita moverse para ir madurando neurológicamente, porque es a través del movimiento como consigue ir creando nuevas vías neurológicas y alcanzar las capacidades necesarias en cada momento evolutivo de su vida.

Algun@s niñ@s llegaron ya al mundo con esa “inquietud motora”, otr@s no realizaron, durante los dos primeros años de su vida, los movimientos necesarios y en la secuencia correcta para que sus cerebros alcanzaran la madurez que corresponde a su edad cronológica. Así que decimos que presenta un Retraso Neuro-Evolutivo (RNE), que viene a ser como decir que sus cerebros no están correctamente organizados o que las vías neurológicas que han realizado no son lo suficientemente eficaces y eficientes.

Algunos de est@s niñ@s no han alcanzado la capacidad para permanecer quietos en determinados momentos del día y estar sentados en el colegio se les hace muy cuesta arriba. Tanto que son incapaces de atender y, por lo tanto, de aprender al ritmo del resto de l@s niñ@s de su edad.

Desde que sabemos que el cerebro humano puede evolucionar y crear nuevas vías neurológicas a lo largo de toda la vida, existe una gran esperanza para tod@s. Porque esa desorganización neurológica puede cambiar, a través de un buen programa de ejercicios, y l@s niñ@s pueden dejar atrás esos movimientos descontrolados, alcanzando la madurez neurológica necesaria para ello.