Hablar de audición no es sólo hablar de cantidad (cuánto oímos), también hay que tener en cuenta la calidad (cómo oímos). Es decir, puede que nos sometamos a un test de audición (audiometría) y los resultados de éste se sitúen en los estándares considerados normales. Eso nos dice que no sufrimos pérdida auditiva, que -a nivel sensitivo- nuestro oído funciona correctamente.

Pero ¿qué ocurre si, a pesar de ello, a menudo estamos distraídos y no procesamos lo que oímos, nuestra capacidad de concentración es baja, nos molestan los ruidos, tenemos un sueño ligero o nos despistamos con cualquier sonido, por leve que éste sea…?.

Ocurre que no procesamos lo que oímos de la manera adecuada, porque lo que tenemos afectado es la percepción auditiva, que afecta directamente a la discriminación auditiva y la velocidad de procesamiento de la información. Y esto dificulta mucho la capacidad de aprendizaje y también la vida emocional.

Hay personas que sufren de hipersensibilidad auditiva, de hecho muchos de los niños y adultos que tratamos en CREHA la padecen, y ciertamente entorpece decisivamente su capacidad de aprendizaje. Por eso, en nuestro centro tratamos estas dificultades de una manera relativamente rápida y muy eficaz, a través de la estimulación auditiva SENA que, en un total de 10 sesiones de 45 minutos de duración, realizadas durante dos semanas consecutivas, normaliza nuestra audición y los síntomas empiezan a remitir.

Cuando mejoramos la percepción auditiva, realmente podemos decir que estamos preparados para comprender lo que oímos y para procesar adecuadamente los sonidos que percibimos.