BRMT (Terapia de movimientos rítmicos)

La fotógrafa y terapeuta Kerstin Linda fue la primera persona que observó y creó la técnica de Movimientos Rítmicos (TMR). Posteriormente, el psiquíatra sueco Harald Blomberg, en vista de los efectos positivos en los pacientes tratados por ella, continuó investigando y observando su trabajo, hasta que desarrolló la técnica de Reflejos. Él ha sido el primero que ha acercado sus conocimientos a nuestro país, impartiendo cursos desde el año 2006.

Los Reflejos Primitivos permiten al bebé ejecutar una serie de movimientos mecánicos, regulados por el tronco encefálico, la zona más primitiva del cerebro humano. A través de los movimientos, que los recién nacidos realizan de forma espontánea, se van integrando los propios Reflejos para llegar a convertirse, posteriormente, en los denominados “Reflejos Posturales”. De manera correlativa, se van conectando las distintas partes del cerebro, desde el tronco encefálico hasta la corteza prefrontal.

Cada vez que un Reflejo Primitivo se integra, aparece una nueva capacidad en el niño. Pero, a veces, ocurre que este proceso no se realiza de la manera adecuada y no conseguimos una adecuada organización neurológica. Es decir, hay bebés que vienen al mundo con ciertas carencias genéticas –reflejos inexistentes- y también hay otros muchos que no realizan una correcta integración de estos reflejos.

En todos ellos surgirán, con el paso del tiempo, problemas de aprendizaje, desatención, hiperactividad, dislexia o, en definitiva, una inmadurez neurológica. La vida personal y, especialmente, la vida escolar, se verá seriamente dañada por ello. Y la técnica de Movimientos Rítmicos (TMR), así como la técnica de Reflejos, supondrán una gran ayuda para avanzar hacia la correcta organización del Sistema Nervioso Central, ya que ofrecen una “segunda oportunidad” al cerebro.